La cuarta rueda de la ciencia

NOTA: el texto no mantiene el mismo formato que en el folio que os di, por tanto, tampoco está la numeración de las líneas. Para el caso, lo que nos interesa (la corrección de la actividad) es el folio con los números de línea y la propuesta de solución que os indico abajo.

La cuarta rueda de la ciencia

Al carro de la cultura española le falta la rueda de la ciencia, sentenció en su día Santiago Ramón y Cajal. Por fortuna, esta realidad histórica deja actualmente paso a otra de signo contra­rio. España está todavía lejos de ser una potencia científica, pero el número de equipos de investigadores con un proyecto de tra­bajo puntero y una dotación para financiarlo sigue creciendo. Tomemos, a modo de ejemplo, el caso de Barcelona. Hace veinte años, el tono vital del sector científico era entre nosotros muy bajo. Hace diez años, el tono era ya bien distinto y la investiga­ción había aumentado, al menos en términos cuantitativos, de modo considerable. Hoy ese crecimiento ya no es solo cuantita­tivo: también es cualitativo, y la suma de los distintos proyectos científicos que se desarrollan aquí con vocación de excelencia le ha valido a Barcelona un significativo progreso en la lista de ca­pitales mundiales de la investigación. Del puesto 65 ha pasado, en el último decenio, al 54.
Estas constataciones podrían llevarnos a pensar que hemos arribado a buen puerto. Pero en el ámbito de la ciencia, como en tantos otros, no se suele llegar a una meta definitiva: siempre hay nuevos desafíos que afrontar, nuevos peldaños que subir, nuevos horizontes a los que acercarse. Ahora que la investigación empie­za a ser en Barcelona sinónimo de excelencia,  es  preciso  desarro­llar  las  herramientas

necesarias para dar el siguiente paso, que es convertir el nuevo conocimiento, tan trabajosamente labrado, en un producto de uso extendido, capaz de crear riqueza. En nuestros días, los científicos locales que a partir de sus investi­gaciones patentan un producto con potencial muy amplio tienen dos alternativas. La primera es vender la licencia de su creación a una gran firma internacional, que se ocupará de todo lo relativo a su desarrollo, distribución y comercialización. La segunda es -convertirse en empresarios y encargarse por su cuenta y ries­go de la explotación del nuevo producto, desatendiendo, a veces, aunque solo sea temporalmente, su cometido en el laboratorio, que es aquel para el que sin duda están mejor capacitados. Por ello, quienes se inclinen por una opción u otra deberían hallar siempre la franca colaboración de la Administración pública, tanto en términos de asesoría como de eliminación de trabas o incompatibilidades. Porque ahora que el carro de la ciencia espa­ñola ya tiene tres ruedas -las de su existencia, su cantidad y su calidad-, ha llegado el momento de proporcionarle una cuarta: la que le ayude a generar productos y rentas. Y, de paso, le dé al carro científico una buena velocidad de crucero.
 La Vanguardia, 25/01/2011



SOLUCIÓN 1: MÉTODO SINTÉTICO
1. Situación de la ciencia en España.
1.1.   A principios de siglo, a la cultura española le faltaba desarrollar la ciencia.
1.2.   Actualmente, la ciencia ha avanzado mucho.
2. Nuevos desafíos de la ciencia en España.
2.1.   Los resultados científicos deben traducirse en productos comerciales.
2.2.   La comercialización de los productos tiene dos alternativas: vender la licencia o comercializar uno mismo el producto.
2.3.   Es necesario que la Administración proporcione ayudas a los científicos en cualquiera de las dos opciones.
3. El paso definitivo para el éxito de la ciencia es que esta ge­nere riqueza.
Las ideas del texto se defienden con varios argumentos:
  Contraste de ideas entre la situación de la ciencia española en la actualidad y en el pasado.
  Dentro de ese contraste, la situación del pasado se plasma
por medio de un argumento de autoridad (la cita de Santiago Ramón y Cajal), mientras que la situación actual se explica por medio de datos: "España está todavía lejos de ser una potencia científica, pero el número de equipos de investiga­dores con un proyecto de trabajo puntero sigue creciendo".
  Aparecen argumentos de ejemplificación ("el caso de Barce­lona") para explicar la idea principal del desarrollo: el avance de la ciencia es positivo pero necesita un último empuje, el de la Administración pública.
  Se establece nuevamente un contraste de ideas entre lo que ha ocurrido en tres momentos distintos (“Hace veinte años [...] Hace diez años [...] Hoy ese crecimiento”).
  Ese contraste está apoyado en datos, que se hacen más con­cretos al final del primer párrafo: "Del puesto 65 ha pasado,
en el
último decenio, al 54".
  También aparece un contraste de ideas entre la conclusión errónea (se ha llegado a una buena situación) y la correcta (queda mucho por hacer).
  Se emplean también dos ejemplos de cómo mejorar el rendi­miento de la ciencia: "La primera es vender la licencia [...] La segunda es convertirse en empresarios".
  Para exponer la tesis se recurre a la analogía: al principio del texto se compara la cultura con un carro al que le falta la rueda de la ciencia; al final del texto, en la conclusión, esa metáfora se reelabora para identificar la ciencia con un carro cuya cuarta rueda sería "generar productos y rentas".



SOLUCIÓN 2 MÉTODO ANALÍTICO
El texto consta de tres partes. En la introducción (que abarca hasta "sigue creciendo", línea 6) se presenta la situación de la ciencia española en la actualidad a través de un contraste de ideas con el pasado. A su vez, la situación del pasado se plasma por me­dio de un argumento de autoridad (la cita de Santiago Ramón y Cajal), mientras que la situación actual se explica por medio de datos: "España está todavía lejos de ser una potencia cien­tífica, pero el número de equipos de investigadores con un proyecto de trabajo puntero sigue creciendo".
El desarrollo/cuerpo argumentativo ("Tomemos, a modo de ejemplo...”, línea 7, hasta  “...están mejor capacitados", lín. 34) toma como partida un ejemplo concreto, "el caso de Barcelona", para explicar la idea principal: el avance de la ciencia es positivo pero necesita un último empuje, el de la Administración pública. En esta parte se emplean como argumentos el contraste de ideas entre lo que ha ocurrido en tres momentos distintos: “Hace veinte años...” (lín. 7); “Hace diez años...” (lín. 9); y “Hoy ese crecimiento..." (lín. 11). Este contraste está además apoyado en datos, que se hacen más concretos al concluir el primer párrafo: "Del puesto 65 ha pasado, en el último decenio, al 54". También aparece un contraste de ideas al principio del segundo párrafo entre la conclusión errónea (se ha llegado a una buena situación) y la correcta (queda mucho por hacer); a esta última se llega mediante dos ejemplos de cómo mejorar el rendimiento de la ciencia: "La primera es vender la licencia [...] La segunda es convertirse en empresarios".
En la conclusión (desde "Por ello, quienes...", lín. 35, hasta el final del texto) se expone la tesis: la necesidad de que la Admi­nistración pública colabore. Esta parte se apoya en la metáfora inicial del texto, la similitud entre la ciencia y un carro cuya cuarta rueda sería "generar productos y rentas".

 



 Para finalizar el comentario del esquema organizativo atenderemos a los diversos tipos de estructura textual; en función de la disposición que siguen las ideas en el texto y especialmente del lugar que ocupa la tesis o idea principal se distinguen diversos tipos de estructuras:

  Estructura analizante deductiva: la tesis va formulada al principio del escrito y de ella se deduce una serie de consecuencias.
  Estructura sintetizante inductiva: la tesis cierra el escrito, sirviendo como conclusión de las ideas que en él se han expuesto.
  Estructura de encuadre: la tesis aparece al principio del texto, se desarrolla en él y se reafirma al final como conclusión.

En nuestro texto, podemos decir que tenemos un texto expositivo-argumentativo con estructura sintetizante: la tesis se encuentra al final, pues aparece de forma explícita la opinión o postura del emisor, después de realizada la presentación de ideas y argumentos sobre la cuestión.

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